Antología general – Pablo Neruda

Antología general – Pablo Neruda

Hace unos años, cuando los primeros poetas y poemarios llegaron a mi biblioteca, no había ninguna obra de Pablo Neruda. Al leer su nombre solo venía a mi memoria el título de Veinte poemas de amor y una canción desesperada que recuerdo lo leí en el colegio pero sin que hayan quedado vestigios de esos versos.

En una visita a una librería encontré Neruda. Antología general; se trataba de una edición conmemorativa preparada por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Las antologías de poetas no han estado entre mis libros preferidos. Personalmente, he preferido la lectura de un poemario dentro del contexto del poeta y de su creación. Sin embargo, al revisar la antología de Neruda encontré que incluía textos sobre el poeta escritos por otros escritores y poetas como Jorge Edwards de Chile, Marco Martos de Perú, Jorge Lizalde de México y Pere Gimferrer de España, entre otros y, además, la “Guía a esta selección de Neruda”, escrita por Hernán Loyola, especialista en la obra del vate chileno y abarca las doce secciones y los libros póstumos que incluye la antología.

Esas lecturas previas, abren al lector un panorama sobre la producción nerudiana, y permiten acercarse a diferentes poemas escritos por Neruda en diferentes etapas de su vida en los que la política también ocupó un lugar esencial.

Después de muchos años, fue como una primera lectura volver a leer algunos de los poemas que formaron los Venite poemas de amor y una canción desesperada. También busqué los versos del poema Canto general, acerca del cual ya había leído. En general, fue un acercamiento a la poesía de Neruda que logró despertar mi interés por leer su obra.

De a poco empezaron a llegar sus libros a mi biblioteca: los dos primeros tomos de sus obras completas y, luego, Confieso que he vivido y Memorial de Isla Negra, todos publicados por Seix Barral.

La Antología General de Neruda es un libro recomendable por los textos que incluye sobre la persona y la obra del poeta y, sobretodo, por la acertada selección para una antología que permite dar una mirada panorámica a su producción poética.

Carlos Tupiño Bedoya

Abril, 2023

Neruda. Antología General. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española, Lima, 2010.

Después del muro – Kristina Spohr

Después del muro – Kristina Spohr

La mayoría de los libros leídos durante el 2021, estuvo compuesta por ensayos de historia, cultura y política, especialmente sobre la Segunda Guerra Mundial y la Europa del Este. Todos ellos muy buenos trabajos de sus autores. Sin embargo, considero que el mejor fue Después del Muro. La reconstrucción del mundo tras 1989, de Kristina Spohr, profesora especialista en Historia Internacional de Alemania.

Al revisar las primeras páginas, llamó mi atención los sucesos que presenta la autora y recordé haber leído acerca de ellos en los periódicos o visto las imágenes en la televisión, pero no los había conocido en profundidad, a pesar de su importancia. Se hicieron presentes los nombres de la cortina de hierro, la guerra fría, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), el muro de Berlín, cuyos restos pude conocer, diez años después de su caída, en la zona denominada Checkpoint Charlie, el lugar de paso entre las fronteras de Berlín occidental y oriental.

La lectura de Después del Muro nos permite apreciar de manera muy detallada los sucesos que gestaron la caída del muro de Berlín, símbolo de la guerra fría y del dominio soviético; la disolución de la URSS, los cuales ya forman parte de la historia, así como la unificación de Alemania y el papel que tuvieron los diferentes líderes mundiales para la formación de lo que sería conocido como el nuevo orden mundial. Están presentes Helmut Kohl, Ronald Reagan en los finales de su período presidencial y su sucesor George H. W. Bush; Mijaíl Gorbachov, Boris Yeltsin François Mitterrand, Margaret Thatcher y Deng Xiaoping. Junto a ellos aparecen los nombres de sus asesores, ministros y diplomáticos que tuvieron participación en aquellos sucesos que cambiaron el mundo.

El trabajo realizado por Spohr, permite ver el desarrollo de esos sucesos que son mostrados desde los diferentes puntos de vista de los protagonistas. Están presentes las reuniones entre los diferentes mandatarios, las reuniones que tuvieron individualmente con los líderes de la República Popular China, sobre todo durante el período posterior a los sucesos de la plaza de Tiananmén; los momentos de tensión por las propuestas para la unificación de Alemania y los temores que eso trajo consigo, especialmente para Inglaterra y Francia, por los recuerdos de la Segunda Guerra Mundial; las tensiones que afrontó Gorbachov de parte de los líderes soviéticos; la posición de la OTAN ante las nuevas propuestas y ante una nueva demarcación del mapa de Europa; las propuestas de desarme nuclear y mucho más.

Igualmente, en esas páginas están presentes los sucesos de la caída del comunismo en Polonia con la presencia de Solidaridad y el líder Lech Wałęsa en Polonia y los eventos ocurridos en Hungría que también fueron parte de la caída del Telón de Acero. Todos esos acontecimientos se muestran dentro del contexto dado por las negociaciones, conversaciones, cumbres, llamadas telefónicas, etcétera entre mandatarios como Busch, Kohl, Gorbachov, Mitterrand y Thatcher, principalmente.

Luego de las más de 600 páginas, el lector encuentra alrededor de 200 páginas con notas sobre documentos que sustentan los análisis y comentarios de la autora que son reflejo de la investigación realizada y del dominio de ese campo político internacional. En la extensa relación de notas, se puede encontrar mucha información adicional que hace posible profundizar más en los temas y en la vida de los personajes que tuvieron a cargo esa transformación del orden mundial; esa información está compuesta de libros y otros documentos como discursos, informes y otros; también incluye los enlaces para encontrar en Internet documentos y videos relacionados con los temas que trata, por ejemplo, el video del discurso que pronunció Gorbachov en la ONU en 1988.

Después de Muro es un libro esencial para conocer esos sucesos que lograron la creación de un nuevo orden mundial, un orden que no es estático sino sujeto a cambios y tensiones que se pueden ver en la actualidad.

Carlos Tupiño Bedoya

Enero, 2022

La ciudad sin judíos – Hugo Bettauer

La ciudad sin judíos – Hugo Bettauer

Una novela que le costó la vida a su autor. Es el caso de La ciudad sin judíos, escrita por Hugo Bettauer, judío nacido en Baden. La novela fue publicada en Viena en el año 1922; tres años más tarde, su autor fue asesinado por un antisemita.

La ciudad sin judíos (Periférica, 2015) nos presenta una historia ficticia en la que el gobierno decide liberar Viena de la presencia de los judíos que tenían el dominio económico y cultural de la ciudad, con sus cafés como lugares de encuentro de los intelectuales y artistas, los teatros y óperas sin dejar de lado la música clásica en la que los judíos tuvieron un lugar importante y las tiendas de modas en importantes calles de Viena.

Mediante una ley se logra la expulsión de los judíos y la ciudad de Viena empieza a ver la transformación, a peor, de lo que había sido con la presencia judía en el comercio, la banca, la moda y los tradicionales cafés vieneses.

Mediante las historias que entreteje en la novela, Bettauer proporciona un panorama real del lugar que ocuparon los judíos en Viena y la influencia que tuvieron en la vida de la capital austriaca. Muchos años después, diferentes investigadores se han referido a la importancia de los judíos en la vida de la sociedad vienesa, que abarco sus diferentes campos. Por ejemplo, Bruce Pauley (From Prejudice to persecution. A history of Austrian anti-semistism. The University of North Carolina, 1992) menciona que entre 1848 y 1938 la comunidad judía produjo muchos pensadores y creadores culturales como no hubo en otro grupo judío en el mundo y menciona personajes de la talla de Sigmund Freud, Ludwig Wittgenstein, Arnold Schönberg, Arthur Schnitzler y otros.

Jacques Le Rider (Los judíos vieneses en la Belle Époque, Ediciones del Subsuelo, Barcelona, 2016) es otro de los autores que reconoce la importancia de la influencia judía en una Viena que llama “capital de la modernidad”, originada, a su vez, por haber sido una “Jerusalén del exilio; el mencionado autor, también menciona personajes judíos como los ya mencionados Sigmund Freud y Arthur Schnitzler, además de Stefan Zweig, Gustav Mahler, Hugo von Hofmannsthal, Felix Salten y otros.

En Una ciudad sin judíos están presentes la ironía y el sarcasmo, utilizados por Bettauer, para mostrar lo que sería la ausencia de los judíos en una ciudad como Viena, y son parte de cada una de las escenas que están enmarcadas dentro de los efectos del antisemitismo presente en esos años. El autor, también incluye la historia de amor entre dos jóvenes austriacos, ella es cristiana e hija de una autoridad política de Viena y él es judío, quien será uno de los personajes involucrados en el desenlace de la novela.

Lo que no está presente en la novela de Bettauer es el conflicto que se fue gestando entre los judíos asimilados que poblaban Viena y los judíos del Este de Europa que habían empezado a emigrar a la capital austriaca. Los judíos del Este eran vistos por los judíos vieneses como extranjeros en una tierra de la que no formaban parte.

A lo largo de las páginas de Una ciudad sin judíos aparecen los nombres de cafés y calles de Viena, así como los nombres de periódicos en los que la presencia judía fue un factor en el desarrollo del ambiente cultural, político y económico.

Esta edición de la novela de Bettauer, incluye al final un texto de Murray G. Hall, especialista en la obra del escritor austríaco. Hall menciona la importancia de conocer y comprender el clima antisemita que estuvo presente en Austria desde los años de la publicación de la novela en adelante.

El presente artículo nace a partir de una segunda lectura de La ciudad sin judíos que realizo después de algunos años de estar leyendo e investigando sobre el antisemitismo en Europa, especialmente, desde fines del siglo XIX y XX, la Primera Guerra Mundial, la caída del Imperio Austrohúngaro, el período entreguerras, la Segunda Guerra Mundial y la solución final aplicada por el régimen nazi. El conocimiento del antisemitismo en esos años, como lo menciona Hall, permite entender mejor el ambiente que describe la novela de Bettauer, una novela considerada como futurista, si se tiene en cuenta los sucesos que sobrevinieron a partir del Anchluss, con Hitler a la cabeza del Tercer Reich.

El autor dejó en esas páginas una historia que capta la atención del lector, por momentos con el humor presente en las diferentes situaciones que narra. Años después de su publicación, la realidad sería mucho más terrible que lo escrito por Bettauer.

Carlos Tupiño Bedoya

Marzo, 2022

Hugo Bettauer. La ciudad sin judíos. Periférica, Cáceres, España, 2015.

Escritores que recomiendan libros

Escritores que recomiendan libros

Mientras ordenaba los libros de mi biblioteca pensaba en cómo fue que llagaron a formar parte de ella.

La mayor parte de los libros que han llegado y continúan llegando a mi biblioteca, se deben a recomendaciones que recibí de buenos amigos lectores y libreros conocedores de los diferentes temas de mi interés, como la poesía, ensayo, novela, cuento, historia, filosofía, vanguardismo y otros.

Por ejemplo, recuerdo la recomendación sobre poesía que me dio una amiga, muy entendida en el tema y, además, investigadora con varias obras publicadas sobre la poesía de la Edad de Oro. Me recomendó leer los poemas de Pedro Salinas y El arco y la lira de Octavio Paz. A los pocos días ya tenía en mí poder el libro de Octavio Paz y Aventura poética, una antología de poemas de Pedro Salinas, a la que después se uniría Poesías completas.

Los poemas de Salinas fueron los que marcaron mí encuentro con la poesía; la lectura de El arco y la lira me abrió el panorama hacia el poema y la poesía. Luego llegarían nuevos poetas a mi biblioteca: José María Eguren, César Vallejo, Blanca Varela, Charles Baudelaire, Paul Éluard, Emily Dickinson, A. W. Auden, William Blake, Octavio Paz, T. S. Eliot, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Nicanor Parra, William Shakespeare y otros. Conocer el lenguaje poético permite apreciar mejor la poesía que se encuentra en el lenguaje del poeta en cada verso.

Otra de las recomendaciones que marcaron el inicio para la lectura de la obra de un autor, en este caso de una autora, provino de un amigo que trabajaba en una librería; me dijo: “tienes que leer a Carson McCullers” y me recomendó La balada del café triste. Ese mismo día conseguí El aliento del cielo que incluye la mencionada obra y otros relatos. Fue el inició de las lecturas y relecturas de la obra de Carson McCullers. Luego siguieron libros sobre su obra; por ejemplo: Understanding Carson McCullers de Virginia Spencer Carr; El mudo y otros textos que contiene siete ensayos escritos por McCullers y The Mortgaged Heart. Selected Writings, editado por Margarita G. Smith y con introducción de Joyce Carol Oates; es una edición que contiene una selección de la obra de McCullers que incluye relatos, artículos, ensayos y poesía.

Sin embargo, las recomendaciones también suelen provenir de las páginas de los libros, es decir, de aquellos libros que contienen críticas o comentarios a la obra de diferentes autores. Por ejemplo, durante la lectura de La verdad de las mentiras, además de disfrutar del contenido de esas páginas, fue como si Mario Vargas Llosa me presentara autores que aún no había leído y me recomendara sus obras. Esas “recomendaciones” me llevaron a la lectura de El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, Auto de fe de Elías Canetti, El extranjero de Albert Camus, Un mundo feliz de Aldous Huxley, y otros libros más que ya ocupan un lugar en mi biblioteca.

Otro ejemplo es el Curso de literatura europea de Vladimir Nabokov. Esas páginas me llevaron a la relectura de Madame Bovari de Gustave Flaubert y Emma de Jane Austen; en el caso de la última, debido a la recomendación traté de leer por tercera vez y sé que no habrá una nueva lectura de esa obra de Austen. No dudo del estilo de su escritura, sin embargo, no se trata de una autora y obra que capte mi atención. Reconozco su habilidad para la descripción, especialmente de las personas, pero en el caso de Emma, puedo decir que es una narración en la que no hay acción que atrape al lector. No todas las recomendaciones, aun viniendo de escritores reconocidos, tienen que ser de nuestro agrado.

En la visita a una librería, encontré un libro que captó mi atención por su contenido; se trata de Mecanismos internos. Ensayos 2000-2005 de J. M. Coetzee, que incluye una veintena de ensayos sobre escritores del siglo XX en los que se ocupa de su persona y obra. La lectura de cada una de sus páginas me condujo a la búsqueda de la obra de varios de los autores que allí aparecen; a raíz de esa pesquisa llegaron a mi biblioteca los libros de autores como Robert Walser, Walter Benjamin, Joseph Roth, Sándor Márai, en este caso, todos centroeuropeos y marcados por una época. En esa variedad de autores y lecturas se reafirmó mi interés por Joseph Roth, de quien he podido leer su vasta obra, que incluye producción periodista, y en la que está presente la Primera Guerra Mundial, la desaparición del imperio Austrohúngaro, el antisemitismo en los años de entre guerras, el desarrollo del nacionalsocialismo, la aparición de Hitler, la quema de libros de autores judíos. Otro caso es el del húngaro Sándor Márai, cuya obra y vida también está enmarcada en un período similar y cuya prosa retrata una época.

Hace unos años, durante una parada en un aeropuerto, encontré en una librería un libro cuyo título captó mi atención: Literary Brooklyn. The writers of Brooklyn and the story of american city life escrito por Evan Hughes. En sus páginas, el autor aborda la literatura, la biografía y la historia urbana de Brooklyn. Cada uno de los trece ensayos está centrado en algún autor o autores y en aspectos de Brooklyn relacionados a los autores; en esos textos desfilan nombres de escritores, poetas, editores de libros y revistas, nombres de los vecindarios y calles de Brooklyn. La lectura de Literary Brooklyn me llevó al encuentro de obras de autores como Walt Whitman, W. H. Auden, Ernest Hemingway, Truman Capote, Marianne Moore, entre otros.

Esto es solo una muestra de cómo los libros pueden tener buenas recomendaciones sobre otros libros y autores, y contribuyen al conocimiento de los diferentes géneros literarios.

Carlos Tupiño Bedoya

Febrero, 2022

Bibliografía:

Austen, Jane. Emma. Penguin Clásicos, Barcelona, 2015.

Camus, Albert. El extranjero. Booket, Buenos Aires, 2007.

Canetti, Elias. Auto de fe. Debolsillo, Barcelona, 2006.

Carr, Virginia Spencer. Understanding Carson McCullers. University of South Carolina, South Carolina, 2005.

Coetzee, J. M. Mecanismos internos. Ensayos 2000-2005. Punto de Lectura, Barcelona, 2010.

Conrad, Joseph. El corazón de las tinieblas. Debolsillo, Buenos Aires, 2006.

Flaubert, Gustave. Madame Bovari. Austral, Madrid, 2007.

Hughes, Evan. Literary Brooklyn. The writers of Brooklyn and the story of American City life. Holt Paperback, New York, 2011.

Huxley, Aldous. Un mundo feliz. Debolsillo, Lima, 2016.

McCullers, Carson. The mortgaged heart. Selected writings. Margarita G. Smith (Ed.). Mariner Books, New York, 2005.

McCullers, Carson. El aliento del cielo. Seix Barral, Buenos aires, 2007.

McCullers, Carson. “El mudo” y otros textos. Seix Barral, Barcelona, 2007.

Nabokov, Vladimir. Curso de literatura europea. Editorial del Nuevo Extremo / RBA Libros, Buenos aires, 2010.

Paz, Octavio. El arco y la lira. Fondo de Cultura Económica, México, D.F., 2006.

Salinas, Pedro. Aventura poética. David L. Stixrude (Ed.). Cátedra, Madrid, 2005.

Salinas Pedro. Poesías completas. Debolsillo, Barcelona, 2007. Vargas Llosa, Mario. La verdad de las mentiras. Santillana, sello Punto de Lectura, Madrid, 2007.

Lecturas de revistas culturales – PROA, número 8

Lecturas de revistas culturales – PROA, número 8

Las investigaciones que realizo sobre las revistas culturales, especialmente del período 1920-1930, me ha permitido conocer y apreciar el valor de esas publicaciones que permiten aproximarse a una etapa de la historia cultural, literaria y política de la ciudad, país y continente en que fueron publicadas.

Las revistas también hacen posible un acercamiento a los colaboradores y redes intelectuales a las que pertenecieron, así como a los artículos, ensayos, manifiestos, poesía y narrativa que llenaron sus páginas.

La lectura de una revista puede ser hecha desde el punto de vista de un investigador y, también, desde la de un lector que simplemente quiere conocer y disfrutar del contenido de una revista de esa década del siglo pasado.

En los momentos que no realizo mis lecturas de investigación, resulta reconfortante poder leer una revista solo con la finalidad de conocer la producción de diversos autores que, lejos de parecer desactualizados, permiten dar una mirada a los años en que fueron publicadas. Además, durante el recorrido en las páginas de la revista se pueden ver los avisos publicitarios que muestran nombres de empresas, editoriales, libros, librerías y cuanto auspiciador estuvo presente e hicieron posible su publicación. Es como realizar un viaje en el tiempo.

El estudio de las revistas culturales y literarias motivó la aparición de ediciones facsimilares de diferentes revistas como Proa de Buenos Aires, Irradiador y Ulises de México, Amauta y el Boletín Titikaka de Perú, entre muchas otras. Adicionalmente, la labor de bibliotecas y organizaciones que han digitalizado colecciones completas de diferentes revistas, además de obras de los colaboradores que aparecen en las páginas de dichas publicaciones, hacen posible que, no solo los investigadores sino, también los interesados en la lectura de revistas puedan acceder mediante Internet a las páginas de esas publicaciones con fines de investigación o, simplemente, disfrutar de una interesante lectura.

Hace unos días estuve leyendo el octavo número de la revista Proa, publicado en marzo de 1925 en la ciudad de Buenos Aires. Este ejemplar forma parte de la edición facsimilar que contiene quince números e incluye un tomo con el estudio preliminar e índices a cargo de Rose Corral y Anthony Stanton.

La contratapa y las cuatro primeras páginas están dedicadas a avisos, desde una tienda de pianos y un salón de belleza con los nombres de los productos en francés, hasta avisos de revistas literarias y culturales de Europa y Latinoamérica como La Nouvelle Revue Française de París, Revista de Occidente de Madrid y Flechas dirigida por Federico Bolaños y Magda Portal, entre otras publicaciones.

En las primeras páginas incluyen una carta de Valery Larbaud, el intelectual francés que abarcó los campos de la escritura, poesía y ensayo, en la que escribe: “He leído en ‘Proa’ con un placer particular, las contribuciones de los cuatro directores”. Precisamente, en el número en que publican esa carta, están presentes las colaboraciones de Jorge Luis Borges, Brandan Caraffa, Ricardo Guiraldes y Pablo Rojas Paz, directores de Proa.

También están las contribuciones de Norah Borges, Juan Marín y otros.

Las cuatro últimas páginas muestran avisos en los que se pueden encontrar empresas de café, ropa y joyerías, sin faltar el espacio dedicado a revistas literarias.

La lectura y conocimiento de diferentes revistas literarias y culturales de esa década, permiten apreciar un panorama del espacio cultural e intelectual; se encuentran autores que han colaborado en distintas publicaciones con las mismas o diferentes colaboraciones, lo que hace posible ver qué revistas tuvieron afinidades entre sí, ya sea por la presencia de los colaboradores o por la relación que tuvieron los directores de dichas publicaciones y, también, qué directores de revistas, guardaban posiciones contrarias a otras publicaciones. Son los directores de las revistas quienes, en definitiva, establecen el acercamiento y afinidad con cual o tal publicación.

En ese enjambre de relaciones, estuvieron presentes los puntos de vista intelectuales, las corrientes literarias y las ideas políticas de esos años.

Un ejemplo de este contacto entre revistas se puede leer en una parte del texto que inicia el número 8 de Proa: “Publicamos la siguiente carta abierta de Valerio Larbaud, aparecida en la revista ‘Commerce’, como una honra para ‘Proa’ y también como un valioso documento sobre el valor mundial de las letras.”

El texto citado refleja una de las maneras que utilizaron las revistas para dar a conocer su simpatía o acercamiento a otra publicación en la que, probablemente, tuvieron en sus páginas a los mismos colaboradores.

Recomiendo dar una mirada a las revistas culturales y literarias de la década de los años veinte del siglo pasado.

Carlos Tupiño Bedoya

Enero, 2022

PROA (1924-1026). Edición facsimilar. Biblioteca Nacional / Fundación Internacional “Jorge Luis Borges”, Buenos Aires, 2012.

Las citas han sido tomadas del número 8 de la citada edición facsimilar.

Una pasión rusa – Reyes Monforte

Una pasión rusa – Reyes Monforte

En medio de mis lecturas sobre el Tercer Reich y la revolución rusa, recibí un correo en el que, un amigo lector me decía que, conociendo mi interés por los temas de historia y la música clásica, me recomendaba una novela histórica: Una pasión rusa, de Reyes Monforte. Brevemente me comentó de qué trataba. El tema me interesó.

Desde el inicio, la novela captó mi atención al encontrar a la protagonista en uno de los campos de prisión y trabajos forzados que conformaron ese siniestro sistema conocido como gulags. Es Carolina Codina Nemiskaya, la primera esposa del compositor y pianista ruso Sergéi Prokófiev y fue conocida como Lina Prokófiev.

Al leer esas páginas se aprecia que hay una exhaustiva investigación por parte de la autora, lo que le permitió tejer una historia en la que están presentes personajes reales y situaciones que ocuparon un lugar en la historia.

No es un libro de historia, pero sí es una novela histórica que permite dar una mirada a una época que estuvo enmarcada por el período de entreguerras, en el que están presentes los movimientos culturales, literarios, sociales y políticos; así como los nombres de personajes tan diversos como las actrices Greta Garbo, Joan Crawford, Marlene Dietrich; el escritor y periodista Ernest Hemingway, Pablo Picasso, Federico García Lorca, Jean Cocteau, la diseñadora Coco Chanel, el escritor y poeta Boris Pasternak, los poetas Osip Mandelstam y Vladimir Maiaskovski; la cantante Vera Davidova, la bailarina Galina Ulanova, el director de cine Sergéi Eisenstein; músicos y compositores de la talla de Dmitiri Shostakovich, Nikolái Miaskovski e Igor Stravinski; también aparecen  Iósif Stalin, Viacheslav Molotov, Nikolái Yezhov y muchos más.

Todos esos nombres traían a mi mente las lecturas que estuve haciendo de los artículos periodísticos escritos por Hemingway que retratan el París de aquellos años, incluidos en Sobre París; los libros sobre la revolución rusa, la Unión Soviética, la segunda guerra mundial y el Tercer Reich; también están presentes las siniestras entidades que quedaron como ejemplos de la tiranía del totalitarismo soviético, como la Lubianka, la NKVD, las prisiones que formaron el sistema de los Gulag. La autora retrata la sociedad soviética, especialmente en los años en que Stalin estuvo en el poder; una sociedad en la que imperaba el acoso, la desconfianza, el adoctrinamiento, las denuncias, los interrogatorios y en las que cualquiera podía convertirse en sospechoso para el aparato comunista y terminar muerto o internado en un campo de trabajo en donde el frío y el hambre acabarían con muchos de los condenados.

Las páginas de Una pasión rusa muestran esos tiempos de terror y persecución que se vivieron en lo que fue la Unión Soviética y, en medio de esa atmósfera, Monforte se encargó de tejer la historia que capta la atención del lector.

Por cierto, también están las descripciones de la vida en París, con los artistas, escritores, poetas, intelectuales y modistas que dieron un marco muy característico a la capital francesa en los años previos a la segunda guerra mundial; fue un contexto que Hemingway lo plasmó en París era una fiesta.

Los conciertos y sinfonías creadas por Prokófiev, sus momentos de inspiración y concentración para la escritura musical, los ensayos, y todo lo que se relaciona con el mundo musical que rodeó a los dos protagonistas, dan el tono esperado para esa pasión rusa que da el título a la novela; una pasión que se verá enfrentada al terror stalinista imperante en esos años.

La lectura de Pasión rusa también anima, al lector interesado, a buscar información sobre lo que la autora muestra narra en esas páginas.

No entraré en detalles sobre el contenido de la novela; solo recomiendo su lectura, por la historia contada con el estilo de Reyes Monforte y porque nos permite dar una mirada a un período de la historia del siglo pasado.

Carlos Tupiño Bedoya

Enero, 2022

Una pasión rusa. Reyes Monforte. Madrid. Espasa, 2015.

Un reencuentro con “La ciudad y los perros”

Un reencuentro con “La ciudad y los perros”

Hace varios años leí La ciudad y los perros, la primera novela de Mario Vargas Llosa; una obra que se convirtió en la mejor referencia del llamado boom  de la narrativa latinoamericana.

Mi primera lectura tuvo varios inicios, porque la interrumpí varias veces; recuerdo que en esos primeros intentos de lectura de esa novela no me fue fácil comprender la manera en que se desarrollaba la trama a lo largo de la historia.

Fue la lectura de Dossier Vargas Llosa de José Miguel Oviedo, que llegó a mis manos por la recomendación de un amigo librero, la que me aclaró el panorama sobre la técnica empleada por el Premio Nobel. Esa primera lectura de La ciudad y los perros quedó en mi memoria.

Mientras revisaba los libros de mi biblioteca, encontré la edición conmemorativa del cincuentenario de esa novela de Vargas Llosa, que fue publicada en el año 2012 por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española. La edición contiene ocho ensayos sobre la obra del Premio Nobel peruano, escritos por Marco Martos, José Miguel Oviedo, Víctor García de la Concha, Darío Villanueva, Javier Cercas, Carlos Garayar, John King y Efraín Kristal, además de una amplia bibliografía  elaborada por Miguel Ángel Rodríguez Rea. Aún recuerdo la presentación del libro realizada en la Casa de la Literatura, donde estuvieron presentes algunos de los autores de los ensayos que enriquecen esa edición.

Luego de leer, especialmente, el ensayo de Marco Martos, decidí hacer una nueva lectura de La ciudad y los perros. Esta vez fue algo diferente, tal vez por haber recorrido las páginas de toda la obra narrativa de Mario Vargas Llosa y, también, sus ensayos literarios y artículos periodísticos, además de diferentes trabajos sobre la vida y obra del autor peruano.

“–Cuatro –dijo el Jaguar.” No solo marcó el inicio de la novela sino, también, el inicio de una nueva lectura con distinta percepción del mecanismo que desarrolla toda la historia y que da vida a personajes como el mencionado “Jaguar”, el “poeta” Fernández, el “esclavo” Arana, el Boa, Cava, el teniente Gamboa y otros.

En esta oportunidad, los diálogos, las voces que intervienen en ellos, esos mundos tan diferentes como son la ciudad y el colegio militar con sus matices y diferencias, las vidas de los personajes y el lugar que ocupan en la sociedad y cómo ellos perciben esa sociedad de la que forman parte, cobraron una nueva dimensión, así como el juego de las voces al final de la novela que son como el anticipo de los diálogos con intervención de muchas voces, en lugares y tiempos diferentes, que el autor logra trabajar de manera magistral en Conversación en la catedral.

No daré más detalles. Animo a quienes ya la hayan leído, a que le den una nueva lectura. Los que todavía no la han leído, tienen aún por delante una novela cuya calidad perdura con el paso de los años.

 

Carlos Tupiño Bedoya

Julio, 2020 

Libros y biblioteca

Libros y biblioteca

Después de tiempo decidí dar una limpieza a los libros de mi biblioteca, que si bien tienen un uso continuo, el polvo siempre va quedando en cada una de las estanterías.

Tal vez como la mayoría de bibliotecas, la mía también fue creciendo con los libros que fueron llegando poco a poco; por autores que me interesaron, por sus títulos que llamaron mi atención y, muchas de ellos, producto de recomendaciones de amigos libreros y lectores. También llegaron libros que considero como recomendados por otros autores, porque una de las cosas que disfruto en un libro es internarme en las páginas de las bibliografías y, mientras más extensas, mejor. De esas páginas salieron muchos de los títulos y autores que forman mi biblioteca.

Mientras quitaba el polvo a cada uno de ellos, recordaba la lectura de sus páginas, encontraba alguna anotación que había hecho en ellos y que muchas veces reviso, sobre todo si son libros de consulta.

Ese contacto con cada uno de los libros, también traían a mi memoria lo que leí en sus páginas y las experiencias que tuve relacionadas a esas lecturas. Con Historia de dos ciudades de Dickens recordaba mis paseos en los puentes sobre el Sena, como siguiendo los rastros de sus personajes que caminaron por esos lugares. Al coger el libro Nuestra señora de París aparecieron los recuerdo de la visita a la Catedral de Notre Dame, sus campanarios y las imágenes de Quasimodo, Esmeralda y esos personajes que habitaron la obra de Victor Hugo.

Al llegar a los libros que conforman La palabra del mudo de Julio Ramón Ribeyro, recordé mis paseos por las calles del distrito de Miraflores, en la ciudad de Lima, al encuentro de las calles que aparecen en sus cuentos; lo mismo sucedió con la novela La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa al recorrer las calles que el personaje “el poeta” menciona en esa obra.

Otro de los libros que me trajo recuerdos de lugares fue Némesis de Philip Roth y de las caminatas que realicé durante un viaje a New Jersey en busca de las calles, la escuela y el barrio judío que aparecen en esa novela.

Muchos de esos libros están unidos al recuerdo de alguna librería en la que los compré; por ejemplo, los Cuentos completos 1964-1974 de Alfredo Bryce Echenique, en una edición de Alianza Editorial, que conseguí en una conocida librería en Hamburgo.

Durante un viaje a Medellín, pude comprar una veintena de libros en una librería que visité a menudo durante los pocos días que estuve en esa ciudad; sin embargo de todos esos libros, el que más me hace recordar aquella librería y las charlas con los libreros es Antología de crónica latinoamericana actual de Darío Jaramillo (Ed.) que en la actualidad estoy leyendo y disfrutando cada una de las crónicas incluida en ese libro.

Al llegar a la sección de los escritores centro europeos, que está en la parte central de mi biblioteca,  llegué a Primavera de café: un libro de lecturas vienesas de Joseph Roth. Durante una visita a una librería en la que trabajaba un amigo librero, vio que estaba revisando ese libro y me preguntó:

– ¿Has leído a Joseph Roth?

– No.

– Te recomiendo ese libro. Puedes tomar asiento en esa silla y empieza a leerlo.

Eso hice y ese fue el primer libro de Joseph Roth que llegó a mi biblioteca; luego seguiría el resto de su obra y la de otros autores centro europeos como Arthur Schnitzler, Stefan Zweig, Alfred Polgar, Heimito von Doderer, Robert Walser y muchos otros.

También llegué a aquellos libros que llegaron a mi biblioteca como un regalo de amigos libreros, como Vanguardia en México 1915-1940, que contribuyó a la búsqueda de libros sobre el tema de la vanguardia, y La eternidad de un día. Clásicos del periodismo alemán (1823-1934), un extraordinario libro de artículos del periodismo alemán que me permitió conocer a otros autores como Karl Kraus, Peter Altenberg, Franz Hessel, entre otros.

Luego llegue a esos libros que tienen la firma de sus autores y ocupan un lugar especial en mi biblioteca y, también, hay dos libros que los compre, sin saber que tenían una dedicatoria del autor dirigida a alguien. Uno de esos libros lo encargué a una amiga que se encontraba de viaje en Buenos Aires y lo compró en una librería de viejo. Se trata de una edición de 1962 de Revistas argentinas de vanguardia (1920-1930) de Nélida Salvador, firmado por su autora a una persona. El libro estaba sin uso; tenía las hojas unidas por los bordes y no habían sido separadas, como diciendo “aún no he sido leído”. Pensé: tal vez no lo recibió nunca el o la destinataria; se quedó guardado durante la presentación del libro; quien lo recibió no tuvo interés en leerlo o tal vez se murió antes de leerlo; en fin, cosas que uno puede pensar en situaciones como esa.

El otro libro me lo compraron en una ciudad española; el libro estaba nuevo pero me llegó con la firma del autor y su dedicatoria a una persona. Al parecer nunca llegó a las manos de la persona que estaba dedicado; tal vez se quedó en la librería el día de la presentación del libro, tal vez lo olvidaron en la librería y paso a formar parte de los libros en venta, que luego yo adquirí.

Durante este recorrido por mi biblioteca, revisaba la distribución que logré hacer con mis libros, algo muy personal como dicen diferentes autores al hablar de sus bibliotecas. En mi caso están agrupados como escritores norteamericanos, ingleses, franceses, centro europeos, en los que incluyo todo sobre las dos guerras mundiales y la revolución rusa; luego están los escritores peruanos, latinoamericanos, vanguardismo que incluye autores de diversas nacionalidades pero, sobre el mismo tema; luego está la sección de poesía, la de revistas culturales que incluye reproducciones facsimilares de revistas vanguardistas de los años veinte; también tienen un espacio los libros sobre periodismo y crónicas. Otro lugar está ocupado con los libros de teoría literaria junto con ensayos sobre literatura y otro por los textos de filosofía y temas afines.

Es cierto que los libros son como una hoja de ruta de nuestras lecturas y preferencias literarias y de investigación.

Hace tiempo encontré una frase que, según indicaban, provenía de Jorge Luis Borges. La cito de memoria: “No me enorgullezco de los libros que he escrito, sino de los libros que he leído”. Muy cierto.

 

Carlos Tupiño Bedoya

Junio, 2020

De regreso a este espacio de libros y cultura.

Reciban mis saludos.

Después de un prolongado tiempo, estoy de regreso a este espacio de libros y cultura. Prono volveré a compartir con ustedes sobre libros y autores.

En esta oportunidad solo les mostraré un libro que les recomiendo leer:

«Estamos en 1929. La guerra acaba de terminar. “El doctor Benjamin huye de su padre, el subteniente Wittgenstein comete un suicidio económico, el profesor auxiliar Heidegger abandona la fe y Monsieur Cassirer trabaja en el tranvía para inspirarse.” Comienza una década de creatividad excepcional que cambiará para siempre el rumbo de las ideas en Europa. Los años veinte del siglo XX en Alemania dieron forma a nuestro pensamiento contemporáneo, y son el verdadero origen de nuestra moderna relación con el mundo. Entenderlos significa, de alguna manera, entendernos.»

Wolfram Eilenberger. Tiempo de magos. La gran década de la filosof{ia 1919-1929.
Penguin Random House Grupo Editorial, sello Taurus, Madrid, 2019.
384 páginas.

El pasaje citado es un fragmento del texto de la contratapa de la mencionada edición.

 

Carlos Tupiño Bedoya
Junio, 2020

Primaveras de café. Un libro de lecturas vienesas – Joseph Roth

Primaveras de café. Un libro de lecturas vienesas – Joseph Roth

Hace cien años, en noviembre de 1918 se firmó el armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial. Al día siguiente se creó la Primera República de Austria. La época del Imperio Austrohúngaro había terminado.

En esos inmediatos años de posguerra, entre 1919 y 1920, Joseph Roth escribió un centenar de artículos para el diario vienés Der Neue Tag. Una selección de esos textos ha sido reunida en Primaveras de café. Un libro de lecturas vienesas (Acantilado, Barcelona, 2010).

En el prefacio, Helmut Peschina señala que en el diario vienés: « […] su tarea fue describir la vida cotidiana en la Viena de la posguerra, contar acontecimientos locales de mayor o menor importancia, […] Roth sabía hacer un “artículo lírico”, en el que era un auténtico maestro, […]».

En cada uno de los artículos se puede apreciar el estilo de Joseph Roth para describir escenas de la vida diaria que retratan la Viena en los días de posguerra. En cada texto resalta la sensibilidad del autor y su destreza para observar y comunicar detalles en los que están presentes, primordialmente, los contrastes sociales, en medio de pobreza, discriminación, desconfianza y abandono. Nunca perdió de vista el sentir de los más necesitados y de los marginados; supo comunicarlo y es una característica en su obra periodística y literaria.

Estos textos también presentan una muestra del uso de las metáforas por parte de Joseph Roth, además de los contrastes en las escenas que retrata en cada uno de sus artículos. Un ejemplo es «Entrevistas con tipos de la calle». El autor conversa con tres personas que son el reflejo de la pobreza y marginación en las calles de Viena y, desde las líneas iniciales, con el lenguaje utilizado, presenta una imagen de esos seres:
«Son hijos de la calle. La calle es su hogar y su techo, su origen y su destino. Son ellos los que dan a la calle su fisonomía y singularidad, forman parte de ella como las farolas, el adoquinado, las isletas, las columnas publicitarias, los obeliscos y las marquesinas de las paradas. Son el mobiliario de la calle, de la fábrica: la vida los engendra y los despilfarra como populacho en la gran ciudad.»

Otra muestra del uso que hace de las metáforas para señalar los contrastes y la situación social es «El bar del pueblo». Luego de describir un bar que tiene puerta giratoria, música de piano y hasta portero, escribe:
«Pero no quiero hablar de ese bar, sino del otro que hay en la bocacalle de la Schulerstrasse.
La puerta está abierta. Cacharros de lata entrechocan. A la izquierda de la entrada se encuentra el grifo de una conducción de agua. No cierra bien. A intervalos regulares, la boca de la conducción escupe gotas en el fregadero. ¡Clinc! ¡Clinc! Si se escucha un rato, suena como una música. Muy pobre, primitiva, pero música al fin y al cabo. Se aprende a distinguir las gotas. Oh, no son en absoluto iguales. La una es fuerte, repentina, y no cae, sino que se precipita de cabeza al fregadero. Y la otra es joven y tierna y tímida, y no se atreve a caer en el centro, sino que tintinea levemente en el borde. Todas juntas forman una música muy ingenua, infantil, y suena como si a pequeños intervalos se pulsaran las siete teclas de un piano de juguete. Ésta es la música de los pobres.»

Luego continúa con la descripción de ese local en medio de una atmósfera en que la pobreza está presente en cada renglón, aquella que viven los asistentes a ese local. El lenguaje y estilo de Roth dan fuerza a su descripción y envuelven al lector en ese ambiente que el autor observa y registra para la posteridad.

Aquellos locales que resaltaron en los años de esplendor de la Viena que quedó en el recuerdo, también están presentes en los artículos que escribió Roth, como la Sophiensaal, una mítica sala de bailes, sinfonías, conciertos y óperas desde los años del Imperio Austrohúngaro. En «El cuento de la Sophiensaal» el autor señala que es una historia real y la inicia como un cuento. Luego de narrar la historia, ese texto inicial servirá de contraste con otro, casi al final, para mostrar una realidad aún presente para los que sufrieron las consecuencias de la guerra.
«La historia de la Sophiensaal bien podría empezar como un cuento: “Érase una vez…”.
O sea: érase una vez una sala de fiestas que era como un poema, o, mejor aún, la sala de las salas, la sublime sala de fiestas. Resplandecía bajo miríadas de luces, y sobre su suelo de parqué giraban los más delicados piececitos blancos de las damas. […]
[…] Cuando la guerra recorrió el país, se llevó todo el esplendor: la Sophiensaal se convirtió en un simple albergue para convalecientes. En sus locales olía a alcanfor y yodoformo, y en vez de los sonidos de los valses, por todos los rincones del palacio revoloteaban perdidos suspiros de hombres enfermos…»

Cada uno de los artículos incluidos en el libro, ofrecen una muestra muy variada de la vida diaria en la Viena de posguerra: sus habitantes, cafés, parques, calles, locales, costumbres y contrastes sociales.

Primaveras de café. Un libro de lecturas vienesas es un libro que recomiendo por ser una excelente muestra del talento de Joseph Roth.

 

Carlos Tupiño Bedoya
Noviembre, 2018

 

Nota: El presente artículo fue publicado como colaboración, en el blog de la Librería Sur.